martes, 28 de octubre de 2008

Vidas bipolares.

Kómuno, un jóven peleado con el presente, dispuesto al trabajo, pensante, innovador, vive buscando el porque de las injusticias, no se considera más que nadie pero nadie es más que él. Débiles pasiones, no necesita tanta libertad, prefiere estar controlado en varios aspectos de su vida. Sabe que para ser como es hoy tuvo que pasar por varios conflictos internos, sangrientos a veces, y hasta suicidas por momentos. No siempre fue así, pero una vez que aprendió de sus errores y de varias caídas logro llegar a esta personalidad, a este estado que él considera óptimo aunque no tenga la certeza que sea para siempre, pero no es malo intentar, nadie a su alrededor encontró alguna opción distinta para sobrevivir que no traiga algún tipo de sufrimiento.
Kapitolis, maduro ya, no lo atrae mucho el trabajo para él, prefiere que lo hagan los demás, muchos pero no todos, no quiere que las cosas cambien aunque no estén muy bien, incluso están bastante mal, pero sobreviven las partes que él considera más importantes y mientras se pueda mantener de pie no va a cambiar. Mira para otro lado cuando le conviene, necesita ignorar algunas cosas para hacerse la idea que no existen dentro suyo, aunque sabe que se está engañando a si mismo. Cree vivir en libertad, una ficticia libertad que lo aprisiona día a día, lo cega, lo consumen sus creaciones, se cierra cada vez más dejando el disfrute y la dignidad para algunos pocos. Se miente, se dice y se contradice. Su nacimiento no fue muy difícil, todos estuvieron feliz con su llegada, pero lo fueron malcriando a pesar de la advertencia de unos pocos genios que predecían su tambaleante destino. Entre crisis y tumbos fue creciendo mal que mal, fue manteniéndose sin importarle si para eso debía devorarse vidas salvajemente. Él es así, nunca va a cambiar, va a tratar de sobrevivir todo lo posible pero sin cambiar sus metodologías egoístas y su instinto asesino.

jueves, 16 de octubre de 2008

"tirando de una esperanza"

Angelito- Ay ay ay. Los Piojos.
Esta frase la verdad que me identifica mucho ¿o acaso no es verdad que vivimos así? Creo que todo el tiempo estamos apoyándonos y sosteniéndonos de algo que creemos que va a llegar para cambiarnos la vida, hablo de tener esa esperanza de que algo va a caer del cielo o de cualquier otro lugar y nos va a solucionar nuestros problemas.
Tirar de una esperanza me parece que está muy bien expresado y además está argentinizado al decir "tirando" (me gusta más todavía je).
Bueno me queda una duda ¿en realidad quiero que llegue eso? porque dejaría de ser una esperanza y entonces me sentiría vacío y no estaría esperando nada, la verdad eso me asusta.
Mejor voy a pensar que las esperanzas se renuevan y que nunca nos abandonan, porque al final siempre estamos aferrándonos a algo, creo que es parte de la escencia del humano, vivir de la fe.

lunes, 13 de octubre de 2008

Lo escribi a modo de canción.

En este vuelo blanco
de extraño color
escucho llorar al cielo
llora mi corazón.

Esto es lo que esta bueno
no me alcanza la razón
no me imagines en el cielo
duermo sobre un colchón.

Tu mirada me desvela
tu recuerdo se apagó
es como si vinieras
y dijeras que no pasó.

Gracias por ese beso
gracias por tu calor
desde que me tocaste
perdi toda la noción.

Conozco tus remolinos
conozco tu estación
si pudiera frenarme
estacionaría en vos.

jueves, 2 de octubre de 2008

Del miedo lo mejor.

El miedo, un compañero cotidiano; visible o no, tangible o no, pero siempre está presente ¿en dónde? no se, seguramente sea un sentimiento nómade que varía tanto en su ubicación como en su estado.
Hay miedos pequeños y grandes, profundos y superficiales, ocultos y explícitos, el tema es que están y tienden a manifestarse en muchas de nuestras expresiones, en las voluntarias y las involuntarias. Se reflejan en nuestros sueños, en nuestras actitudes, en nuestra forma de hablar, de pensar, de mirar, de amar.
¿Es un defecto? Creo que no, al contrario ¿no sería una virtud? ¿está bien temerle a alguna cosa? ¿se justifica tener miedo? Creo que si, está bien, es parte de cada uno, es un sentimiento más, una expresión del espiritu, un componente del ser.
¿Dónde quiero llegar con todo esto? A liberarnos, a contar nuestros miedos sin verguenza, sin temor a ser juzgados, a compartirlos como cualquier otro sentimiento, a respetarlos como parte nuestra.
No es necesario deshacernos de ellos, creo que es suficiente poder controlarlos y aprender a vivir con ellos sin que signifiquen una carga o se trnasformen en una molestia.
Aprender a controlar nuestros miedos es una satisfaccion personal, es una gota que ayuda a llenar este vaso medio lleno y medio vacío que tenemos como vida.